Los filósofos de la pederastia

Entre 1977 y 1979, el mundo conoció el caso Versalles, un proceso penal que involucraba a tres sujetos que habían tenido relaciones sexuales con niños y niñas menores de quince años, estos hechos indujeron a debatir la edad de consentimiento sexual en el parlamento para relajar el Código Penal, sendas cartas se presentaron con argumentos en favor de las relaciones consentidas entre adultos y menores, argumentaban: “Los inculpados corren el riesgo de ser condenados a una grave pena de reclusión criminal, ya sea por haber tenido relaciones sexuales con menores, niños y niñas, ya sea por haber favorecido y fotografiado sus juegos sexuales… Consideramos que aquí hay una desproporción manifiesta de una parte entre la calificación del ‘crimen’ que justifica una severidad tal y la naturaleza de los hechos reprochados”, suscribieron estas ideas: Louis Aragon, Roland Barthes, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, André Glucksmann, Jean-François Lyotard; se unieron: Gilles Deleuze, Felix Guattari, Michel Foucault, Louis Althusser, Jacques Derrida, entre otros, estos solicitaron la despenalización por medio de las páginas del Le Monde, L’Express y Libération, este último fue fundado por Sartre y en mayo de 1977 informaba la creación del Frente de Liberación de los Pedófilos (FLIP), quienes manifestaron que combatían la “injusticia” de las leyes penales represoras, proponían reflexionar sobre el rol de la familia y la escuela, convocaban para unirse a la lucha de los niños por sus derechos sexuales, querían desarrollar la cultura de la pederastia como modo de vida nueva y declarar la solidaridad con los pedófilos encarcelados y las víctimas de la psiquiatría oficial.

No nos extraña el apoyo de Beauvoir, porque en 1959 presentó su ensayo: “Brigitte Bardot y el síndrome de Lolita” donde se muestra fascinada con el aspecto infantil de la actriz, además, se conoce que la maoísta proveía de jóvenes estudiantes al viejo macho alfa existencialista Sartre, ambos se aprovechaban de las fanáticas bajo las banderas de la liberación sexual. Ahora Beauvoir es una de las heroínas de las feministas antipatriarcales.

Como vemos, estos pensadores trataron de pasar sus bajos instintos por revolución sexual liberadora, liberadora de todo orden impuesto naturalmente para romper los vínculos familiares, Beauvoir se lleva el título por presentar a la mujer como oprimida no sólo del varón sino también de su hijo, mujer esclava de la maternidad, y con un niño en el vientre lo mejor es abortar ese parásito, este es el marxismo vulgar de oprimidos contra opresores.

Entonces, según estos apologistas, los niños también deben derrocar la autoridad del padre de familia, sublevarse, cercenarse, hormonizarse y disponer de su sexo para gozo de pedófilos; se les debe enseñar desde temprana edad a masturbarse y tocarse entre sí, sin duda, la liberación va más allá del acuerdo heterosexual, que es parte del sistema patriarcal anacrónico, la revolución sexual pasa por la diversidad sexual, romper toda tradición sexual sin reparos morales ni biológicos, por eso dentro de los manuales para los niños debe estar inserto las maravillas del sexo anal.

Los bolcheviques culturales no pueden hacer nada sin la fuerza del Estado, para eso solicitan leyes de intervención que liberen a los niños de la potestad paterna, formando hijos que acusan a sus padres, donde el padre es sólo un cajero que provee de dinero, pero su palabra no importa, al final, existe el aborto o los abuelos se hacen cargo del producto del embarazo, ¿Pero, cuál es el interés del marxismo cultural?, simplemente destruir el capitalismo y todo lo que le sostiene, empezando de la familia, guardiana de la propiedad privada, tradición y herencia.