Fe y libertad

Conocí a Hugo Marcelo Balderrama, allá por el año 2008, cuando integrábamos el Instituto Libertad, Democracia y Empresa (Ilde) institución de propagación de ideas liberales y en ese entonces, como ahora, nos oponíamos al programa político y económico del Estado plurinacional evista, y denunciábamos desde nuestras trincheras, la impostura de semejante proyecto político de corte socialista. El tiempo se ha encargado de darnos la razón, y hoy en día, no sólo defendemos el capitalismo competitivo con nuestras letras, sino también atacamos al progresismo, la ideología de género y la dictadura de la corrección política.

Porque nos conocemos y respetamos en el ámbito de las ideas, Balderrama me ha pedido que lea su trabajo: “Fe en la libertad”, antes que sea publicado, dicha obra ya cuenta con un prólogo del escritor peruano Héctor Ñaupari, nota denominada: “Un cruzado en Bolivia”, haciendo alusión a Balderrama. El libro tiene que ser publicado y leído, contiene un lenguaje claro, directo y sencillo, estilo dificultoso que el autor maneja por tener experiencia en la lectura y la docencia. Un profesor que no sepa hacer pensar, no tiene éxito en los objetivos del curso.

El trabajo “Fe en la libertad” es un testimonio de que no existe incompatibilidad entre la defensa del liberalismo y ser creyente de la tradición judeo-cristiana, sea uno católico o evangelista. Debemos recordar que el liberalismo tiene sus orígenes en los conventos de sacerdo-tes católicos que formaron la asombrosa Escuela de Salamanca, forjadores del liberalismo clásico, además es cercano al conservadurismo por la tradición de los “viejos whigs”, también, los liberales y conservadores tienen en común las ideas de república, división de poderes, igualdad ante la ley y la democracia representativa, aspectos diametralmente opuestos a los intereses progresistas, socialistas y estatistas de todo pelaje.

Balderrama es un economista que identifica en algunos pasajes de las sagradas escrituras aspectos liberales como: el gobierno y el respeto de la esfera privada, la propiedad privada y los bienes de producción, la libre circulación de capitales, la baja presión tributaria y la mo-neda sana. En esta obra, es muy notoria la influencia de Ralph Raico, Arthur Brooks y de Alberto Mansueti en el sentido de denunciar al Leviatán que se apropió indebidamente de áreas netamente privadas como: la escuela, universidad, matrimonio, empresa, hospitales, familia, caridad, obras sociales, comunidad, trabajo, empleo, etc.

El estatismo es la religión de los progresistas y socialistas que quieren imponer sus leyes malas e injustas, esa religión estatista que utiliza las instituciones educativas para la idolatría del Estado y sus líderes, también instrumentaliza las universidades para impartir el positivismo jurídico, proteccionismo económico y el marxismo cultural.

El filósofo Karl Popper no restaba validez a las teorías metafísicas porque varias hipótesis científicas tienen contenido metafísico, pero el racionalismo constructivista impone un Estado positivista antirreligioso con un odio visceral a lo metafísico, como en la Francia posrevolucionaria, postura errónea como diría F.A. Hayek en “Los fundamentos de la libertad”: “El verdadero liberalismo no tiene pleito con la religión, siendo muy de lamentar la postura furibundamente antirreligiosa”.

Por otro lado, para algunos “liberalprogres”, el matrimonio homosexual debería ser un asunto de Estado, como la hormonización y cambio de sexo con subvenciones pagadas con impuestos de terceros, son duros estatistas. Por estas y muchas razones más, animamos al autor a publicar dicha obra con celeridad en estos tiempos inundados de posturas posmodernas.

– Prefacio del libro “Fe en la libertad”.
– El autor es representante del Instituto Libertad, Capitalismo y Empresa (ILCE).