Bolivia: Juventud y liberalismo

En Bolivia existe una asociación denominada Estudiantes por la Libertad Bolivia, jóvenes que se encargan de difundir las ideas de la libertad. Para eso organizan reuniones, charlas y conferencias para presentar y tratar diversos temas y problemas que tienen que ver con la convivencia social, ahora tratan de expandirse por todo el territorio nacional para generar una corriente de opinión favorable para el liberalismo.

Ellos me invitaron a presentar una conferencia el pasado lunes, en su ciclo de conferencias: “El toborochi y la libertad” en su cuarta versión. El título de mi ponencia fue: “Libertad y liberalismo en Bolivia” homónimo del libro que escribimos con otros autores encabezados por Roberto Laserna, a quien agradezco por incluirme en dicho proyecto. El libro fue presentado y comentado por mis amigos Enrique Fernández García y Marco Antonio del Río en Santa Cruz y la conferencia que presenté para Estudiantes por la Libertad fue una condensación de ese ensayo, en el cual sostengo principalmente que Bolivia no es pobre por causa del sistema de economía de mercado, sino todo lo contrario, la crónica enfermedad que ha padecido y padece Bolivia se denomina estatismo en sus diferentes variantes: mercantilismo, nacionalismo revolucionario, socialismo, militarismo, capitalismo de Estado, populismo económico, plurinacionalismo comunitario, etc.; En definitiva, el problema ha sido la intervención del Estado en la economía, donde sólo los amigotes, familiares, clientes y amantes de los gobernantes gozan de privilegios, subvenciones, monopolios favorables en sus negocios, para los demás están las barreras burocráticas y el alto costo que implica cumplir la ley.

Asimismo, en las escuelas, colegios y universidades públicas como privadas se adoctrina sobre las bases del socialismo, ya sea por textos escritos por autores socialistas como por los maestros y magisterios dominados por comunistas, por eso se reproduce una mentalidad anticapitalista que pone en la disyuntiva a los jóvenes. Por un lado se les adoctrina sobre consignas y dogmas revolucionarios socialistas, por el otro lado, disfrutan de las ventajas de la globalización y el capitalismo, que sus bisabuelos jamás hubieran soñado.

Pero el estatismo los quiere anticapitalistas, los quiere dependientes, tributarios y contribuyentes del aumento de caudales de poder y siervos que llenen las arcas fiscales; no los quieren libres, prósperos, empresarios de sus propios destinos, sea que triunfen o quiebren; los quieren niños dóciles para poder manipularlos so pretexto de beneficiarlos con rentas y justicia social. Para reproducirse, el Gobierno organiza y financia con nuestros impuestos costosas cumbres de jóvenes anticapitalistas para adoctrinarlos sumando nuevos militantes al partido; por el otro lado, hay quienes se autofinancian para pensar de forma diferente al sistema. Hoy en día, lo verdaderamente revolucionario es ser liberal.

El profesor Alberto Mansueti, que vive en Cochabamba, recomienda que los liberales no se conformen con debatir y discutir las ideas. Después de estudiar, se deben organizar grupos que difundan las bondades del liberalismo. Así se incuban y forman partidos políticos liberales, para participar en el sistema político y trabajar sobre la urgente abrogación de las leyes malas hasta tener un Gobierno limitado que devuelva al ámbito privado todas aquellas acciones que han sido arrebatadas por el Estado. Mientras los socialistas están preocupados por promulgar leyes por kilos, los liberales están pensando en derogarlas. Existirán jóvenes con aptitudes netamente académicas y otros con madera política, ambos caracteres son compatibles al momento de construir una sociedad libre, con pensamiento y acción, argumentación racional y pasión, sentimientos y emociones que vibran con más fuerza en la etapa juvenil, algo que debemos cultivar de forma optimista.

 

El autor es representante del Instituto Libertad, Capitalismo y Empresa (ILCE).