Bolivia: Dos conclusiones liberales

En el libro: “Libertad y liberalismo en Bolivia” (2016) editado por Roberto Laserna con el respaldo de la Fundación Milenio, tengo un ensayo denominado: “Liberalismo, constitución y leyes en Bolivia”, en el mismo, trato de rastrear el liberalismo a través del derecho desde la época colonial hasta ahora. Dos conclusiones puedo extraer de mis estudios:

 

Conclusión 1. Las enfermedades crónicas que ha padecido Bolivia a lo largo de su historia son el estatismo y el mercantilismo, sea el gobierno que sea, desde la normativa hasta la acción, el Estado ha intervenido en la economía como sujeto importante ya sea en gobiernos de izquierda o derecha, civiles o militares, dictadura o democracia, “liberales”, conservadores, nacionalistas, etc. Si tendríamos que establecer grados entre dos polos opuestos, sean estos la libertad y la intervención, Bolivia ha estado constantemente inclinada hacia la intervención económica incluso en gobiernos denominados “liberales” y “neoliberales”, el péndulo no se ha movido equitativamente en ambos sentidos, sino ha permanecido en mayor o menor grado en uno solo.

 

Desde su nacimiento, Bolivia ha tenido un presidencialismo rígido a manera de dictadura temporal o de facto, el liberal Nataniel Aguirre describía perfectamente este asunto: “… pretendemos ser una república conservando todos los inconvenientes, abusos y hasta las formas del cesarismo y la monarquía; creemos que el título de Presidente que damos al que nos domina nos autoriza a llamarnos enfáticamente republicanos (…) si él es el supremo dispensador de todo bien, el árbitro de la Nación, como que no puede fundarse un templo o construirse una fuente pública sin su orden, como que nadie puede ser Vocal de una Corte Suprema, portero del juzgado, Obispo o Sochantre, sin un nombramiento firmado de su puño”.

 

Ni Moritz Hochschild creía en el “Laissez faire” porque pedía a gritos la intervención estatal favorable como lo hacen muchos empresarios “exitosos”, incluso en estas últimas décadas, ni el sistema legal ni la acción humana han coincidido con el mercado competitivo, los ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada, Jaime Paz Zamora, Hugo Banzer, Jorge Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina no han comulgado con los principios del liberalismo económico. Guillermo Bedregal en su libro: “Bolivia: Capitalización, participación popular y liberalismo” (1994), en la mundialización económica compara los Estados Unidos y la califica como La Meca del capitalismo de Estado (capitalismo no competitivo) donde se orienta, dirige y controla la vida económica: “interviniendo en ella y realizando versiones directas. Dejar todo al libre juego de la demanda y la oferta es una moda que ya se está perdiendo. Japón, Alemania y ahora Estados Unidos lo demuestran ¡Es la Economía Mixta ineluctable!”. Los plurinacionales evistas han reciclado la economía mixta y la han constitucionalizado.

 

Ninguna Constitución Política del Estado ha reconocido el libre mercado, es más, la Sentencia Constitucional 0005/2006 de 25 de enero de 2006 dice que el Estado boliviano: “no reconoce de manera alguna que la referida política económica este incluida en la norma constitucional como parte de la configuración  del Estado, ya que la economía de mercado no está definida por el texto de la Constitución; en consecuencia, no es evidente que el modelo económico de libre mercado sea un principio reconocido constitucionalmente en el sistema constitucional boliviano”. ¿Entonces, porque culpamos de nuestra pobreza al capitalismo competitivo y no así al estatismo y mercantilismo, siendo que la práctica generalizada y tradicional de entregar los negocios a los parientes, amigotes y amantes ha sido la constante mercantilista para otorgar privilegios, subvenciones, monopolios a los clientes políticos de turno?

 

Conclusión 2. La libertad política ha sido lo suficientemente divulgada y aceptada, tanto que hasta los socialistas no discuten sobre la posibilidad o no de las libertades de expresión o pensamiento, eso ya es verdad de Perogrullo; ¿pero qué pasa con la libertad económica?, los liberales hemos perdido en esa batalla por causa de la mentalidad anticapitalista descrita por Ludwig von Mises, desde la escuela se adoctrina sobre esta mentalidad, hasta sus beneficiarios le dan mala prensa sobre un sistema que está salvando millones de personas de la pobreza extrema; sin embargo, los intelectuales escriben toneladas de papel para vilipendiar el capitalismo movidos por motivos psicológicos ya sean el resentimiento, envidia, soberbia e ignorancia como acertadamente diría Mises.