Privatizar los mercados públicos

Sostengo que debemos privatizar los mercados públicos o populares, a riesgo de cometer un pleonasmo, sabiendo que los mercados libres son por su naturaleza públicos y populares y que no existe nada más democrático que un mercado libre donde existe interacción entre oferta, demanda y competencia, así los precios se fijan democráticamente; hago esta precisión para tratar sobre los mercados que son administrados por la municipalidad.
Debemos buscar los mecanismos adecuados para transferir los puestos, locales comerciales y/o servicios de los mercados públicos de la propiedad estatal al sector privado, los mercados de abastos ubicados en inmuebles de propiedad del Estado deben transferirse a empresas privadas formadas por los comerciantes que ocupan los locales comerciales.
Los puestos y locales comerciales ubicados en mercados públicos que realizan toda clase de operaciones comerciales mayoristas o minoristas de cualquier clase de oferta de bienes y servicios que se encuentren dentro de los terrenos y edificaciones de los mercados deben pasar a nombre y propiedad privada de sus ocupantes que tienen la posesión.
Transferir tareas y responsabilidades del sector público al sector privado, no solo permite la construcción de un país de propietarios, sino que otorga a los actores no gubernamentales, la acción humana económica principal para su desarrollo, cuando los propietarios tienen sociedades comerciales o títulos de propiedad debidamente eficaces y reconocidos en registros de propiedad accesibles que permite utilizar esos títulos tanto para acceder a créditos bancarios, capitalizarse, comprar, vender, alquilar, hipotecar, dar en anticresis, dejar en sucesión, etc., posibilitando a los comerciantes usar, gozar y disponer de la propiedad privada tal como lo hace cualquier otro; además, cuando uno tiene la certeza de su propiedad puede limpiar, cambiar, mejorar, ampliar, cuidar su propiedad como un buen padre de familia, siendo el derecho de propiedad un derecho inalienable, esto es empoderamiento legal y económico de los comerciantes.
Por el contrario, cuando los mercados pertenecen al sector público, se forman corporaciones mafiosas entre los dirigentes gremialistas y las autoridades ediles de turno que se benefician con el tráfico de puestos, estas acciones corresponden al mercantilismo, es decir, aquel sistema donde los políticos otorgan beneficios, privilegios, monopolios a los amigos y familiares.
En la realidad, todos los días se compran, venden, alquilan puestos; pero no existe la seguridad jurídica para respaldar esos actos que si son descubiertos son revertidos al municipio como castigo o entregados a los que tienen posesión previo consentimiento del dirigente gremial y la intendencia, instancia municipal importante para la recaudación caudalosa de ingresos legales o extralegales, sin duda hay una injusticia que debe ser remediada en nombre de la libertad económica, por ejemplo, quien muere trabajando décadas en un sitio no puede entregarlo en herencia sin previa autorización de la municipalidad, así tenemos una especie de feudo o hacienda que tiene como señor feudal al alcalde.
En resumen, la privatización definida en un sentido amplio abarcaría todas aquellas acciones que tienen como meta reducir la intervención del Estado en la economía, devolver la responsabilidad a la sociedad, construir un país de propietarios, destruir los feudos, mafias corporativistas y mercantilistas, para avanzar hacia una sociedad donde todos puedan acceder al capitalismo competitivo, el capitalismo para los pobres.