Bitcoin y liberalismo

Cuando el Premio Nobel de economía Friedrich A. Hayek escribió: “La desnacionalización del dinero” (1976), en la segunda parte, después de tratar el libre comercio bancario, nos dice: “Si vamos a considerar seriamente la utilización de diversas valutas concurrentes para su aplicación inmediata en un área limitada, es evidentemente deseable investigar las consecuencias de la aplicación general del principio sobre el que se basa esta propuesta. En el caso de que se aboliera -dentro del territorio de un país- el uso exclusivo de una sola moneda nacional emitida por el gobierno, hallándose permitida la circulación de monedas emitidas por otros gobiernos, se plantearía la cuestión de si no sería más conveniente suprimir el monopolio gubernamental de emisión monetaria, permitiendo que la empresa privada ofreciera al público otros medios de cambio que éste pudiera preferir”. Teorizando de esta manera sobre la libre competencia de monedas, sujetas al valor, respaldo, confianza y preferencia de los usuarios, concordante con las ideas de la libertad. En su honor, hay un proyecto de crear una moneda digital denominada Hayek Coin, que estará respaldada en oro.

En 1999, en una entrevista concedida a la CNBC, otro Premio Nobel de economía, Milton Friedman, indicaba que Internet sería una de las principales fuerzas para reducir el papel del gobierno, para evitar pago de impuestos y cambiar libremente mediante la red, la persona A puede transferir fondos a B, sin que se conozcan personalmente, el internet es un medio mediante el cual, se puede transferir un billete de veinte dólares anónimamente, expandiendo de esta manera el comercio internacional de forma encriptada.

Posteriormente, un 31 de octubre de 2008, el mundo conocía un documento firmado por Satoshi Nakamoto anunciando la creación del Bitcoin, abriendo el mundo para las criptomonedas, el “sistema de efectivo electrónico punto a punto” y descentralizado porque no necesita de Banco Central alguno, este documento fundacional indicaba: “Una versión puramente peer-to-peer del efectivo electrónico permitiría que los pagos en línea se envíen directamente de una parte a otra sin pasar por una institución financiera… Las firmas digitales brindan parte de la solución, pero los beneficios principales se pierden si aún se requiere una tercera parte confiable para evitar el doble gasto. Proponemos una solución al problema del gasto doble utilizando una red de igual a igual”. La democratización y competencia de las criptomonedas había comenzado.

De aquí para adelante no sabemos que pueda pasar con las criptomonedas, pero la tecnología, plataforma y protocolo sobre la cual funciona, llamada Blockchain, será utilizada para diversos usos desde contratos hasta auditorias; llego para quedarse, así, el mundo está viviendo una revolución tecnológica que está conduciendo hacia una sociedad cada vez más abstracta, tal como definía Karl Popper a la sociedad abierta, una sociedad de individuos donde no se llegarían a ver cara a cara para interactuar.

Esta revolución tecnológica imparable, está preocupando a los gobernantes, algunos han decidido subirse al tren y adaptarse, otros no quieren ver o simplemente rechazan su uso, argumentando ignorancia, o simplemente los Estados quieren ejercen su monopolio natural y esencial de control y vigilancia, por eso, hasta penalizan su uso, mientras que políticos abiertos al cambio como Ron Paul, manifiestan: “Si la gente quiere usarlo -el Bitcoin-, el gobierno debería alejarse”. En el pasado, Robespierre trató de imponer el uso de los “asignados” bajo pena de muerte, billetes de papel de uso forzoso que se imprimieron provocando una hiperinflación y fracaso de la “asignatización” de toda la economía; por eso, las leyes pueden prohibir pero no detener la realidad, las criptomonedas están más allá del bien del mal, están ahí, acumulando valor o sirviendo de intercambio mientras escribo estas líneas.